Vivo en un pequeño pueblo muy cerca de algunos de los lugares italianos más bellos como el Parque Nacional Cinque Terre, el Golfo de los Poetas, la campiña toscana y una costa salvaje.
Mis primeros pasos en la fotografía los di a los 19 años con una cámara de película compacta que me regaló mi padre. Me encantó este regalo. Me inspiró a mirar el mundo que me rodea de una manera diferente. Era un fotógrafo autodidacta que aprendía todo por mí mismo sin libros ni instrucción. Mis temas favoritos eran los paisajes, las puestas de sol y todas las cosas del mundo natural. Cultivé el amor por las tormentas marinas y, a veces, me enfrenté al riesgo mientras fotografiaba grandes olas y lluvia. Cuando la naturaleza se me revelaba con su majestuosa fuerza y belleza, me sentía estupefacto a su lado.
Es por esta misma razón que llegué a amar el retrato femenino. Cuando trabajo con una modelo, me gusta escucharla hablar. Se anima hablando de sensualidad y pasión. Rara vez tendré una pose de modelo de forma estática. Al trabajar con modelos, siento la misma maravilla que cuando capturo imágenes de tormentas.
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