En un género a menudo asociado con la homogeneidad y repleto de postales, Stephan Romer se destaca como un artista cuyo trabajo tiene la capacidad de conmover profundamente a las personas. Al explorar los lugares salvajes y remotos de la Isla Sur de Nueva Zelanda, Stephan nos lleva a lugares poderosos y conmovedores. Su obra existe en el espacio donde se disecciona la precisión técnica y el caos de la naturaleza. La fotografía de paisajes de Stephan Romer ofrece un festín visual para aquellos que buscan vislumbrar lugares salvajes o aferrarse a lugares que una vez exploraron ellos mismos. Utilizando un sistema de cámara de gran formato que ofrece tres veces la resolución alcanzada en la mayoría de las configuraciones profesionales, ha creado un estilo que es innegablemente Stephan Romer. La precisión técnica es un tema recurrente a lo largo del trabajo y la vida de Stephan. Nacido y educado en Alemania, sus primeros años fueron en diseño industrial seguido de una pasantía en fotografía con los fotógrafos comerciales más reconocidos de Alemania, Brigitte Richter y Thomas Caspari. En la década de 1990, Stephan encontró su nicho en la fotografía de transporte y paisajes, trabajando con algunos de los nombres más distinguidos de la industria del automóvil. Los vehículos de prestigio requieren fondos de prestigio, y fue en estas expediciones que Stephan descubrió los paisajes de Nueva Zelanda y pronto hizo de este cautivador lugar su hogar permanente. En la actualidad, Stephan está considerado como uno de los fotógrafos de paisajes y automóviles comerciales más importantes del mundo. Una precisión formidable y un profundo sentido de respeto por los lugares salvajes son los temas comunes del trabajo de Stephan. Con tal sentido de drama y vitalidad que emana de sus exhibiciones, el público no puede evitar sentir que ha abierto una ventana a un mundo secreto. Stephan se siente más feliz cuando viaja por la Isla Sur para explorar caminos inexplorados, lugares ocultos y soportar el clima más salvaje. Su arte examina los momentos sin guión, donde la habilidad técnica y una paciencia increíble le dan la oportunidad de aprovechar el momento en el que llega. Cuando las nubes rueden sobre el valle, cuando el helicóptero regrese por última vez en la luz que se desvanece. Impulsado por el deseo de brindar al público acceso a los lugares más maravillosos de Nueva Zelanda, el trabajo de Stephan se encuentra en galerías, así como en las casas de la realeza, coleccionistas de arte y, por supuesto, amantes de la naturaleza.
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